Es esa locura
la que sujeta mis pies vendados al cielo
el despertar amado
que cubrió de respuestas mis manos.
Nado entre flores de cerezo
constante lluvia que lame el viento
vigía de la corriente de tu ser
ocupo ambos lados del océano.
El incendio que arraso mis venas
locura sin campo de batalla
eleva mis entrañas al sol
allí donde lujuria es virtud.
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